Brasile: nuovi scenari della crisi politica

El problema, sin embargo, es mucho más profundo de lo que aparenta. La crisis moral y ética no se restringe al PT. Involucra prácticamente a todo el espectro de la política y a todos los partidos. Envuelve también al gran capital privado. Donde hay corruptos, hay corruptores. La sociedad civil y los sectores íntegros de los tres poderes de la República exigen que se investigue y castigue con el mismo rigor a las fuentes de los dineros de campaña y a los responsables activos y pasivos del tráfico de influencia y de la práctica de lavado de dinero.

El panorama que se abre a los ojos estupefactos de la Nación va además de los meros "casos" de corrupción. El Estado brasileño, ocupado desde sus orígenes por los intereses del gran capital, parece una inmensa máquina que devora a aquellos que pasan a integrarlo. Las élites, siempre que ocupan el Estado, toman el voto de los electores como una libreta de cheques en blanco que legitima sus actuaciones mientras dura el mandato. Se rehúsan a reconocer que en democracia, el pueblo es el delegante, y ellos los delegados del mandato público.

¿Qué escenarios podemos visualizar en este dramático momento, capaces de orientar nuestra indignación y nuestras acciones? El estudio de escenarios consiste en una reflexión anticipada sobre las posibles tendencias de evolución de la coyuntura. Un ejercicio de anticipación que ayuda a orientar la acción en favor del escenario más deseable.

Primer escenario: la confirmación de que el mensualazo existía de hecho y el Ministro de la Casa Civil, José Dirceu, junto con el presidente del PT, comandaban el esquema. En este caso, sería difícil creer que el Presidente Lula no estuviera igualmente enterado. Si se hace evidente que Lula era co-responsable del esquema del mensualazo, o era un cómplice pasivo, sería inminente el impedimento del Presidente y, en el PT, el colapso del llamado Campo Mayoritario. (1) En este caso, el vice asumiría. Alencar, a pesar de ser del Partido Liberal (PL), tiene un perfil poco deseable para los que hoy dominan la economía. Él con certeza bajaría rápidamente la tasa de intereses regida por el Banco Céntrico; actuaría para reducir la dependencia del capital externo; se esforzaría para reactivar el sector productivo de la economía, no sólo el exportador sino el que produce para el mercado interno. Alencar llegaría a las elecciones de 2006 como el más fuerte candidato a la Presidencia. Evitar esto parece ser la principal razón para que las oposiciones estén haciendo todo para proteger el mandato de Lula. Segundo escenario: el Campo Mayoritario da una salida de emergencia a la crisis y Lula es candidatizado a la reelección. Para esto, él tendría que enfrentar una dura lucha interna dentro del propio PT. Y un gigantesco asedio de las derechas de todo tipo, puesto que, aún beneficiadas por las alianzas y por las políticas del gobierno de Lula, ellas no le permitirían otro mandato y tendrían su propio candidato. No habría Duda Mendonça capaz de enfrentar el tsunami de denuncias y los ataques que las derechas políticas y mediáticas armarían contra Lula y sus amigos. Por lo tanto, en este caso, la probabilidad mayor es la derrota de Lula y una especie de (auto) entierro del PT. Se puede prever que Lula y sus fieles reaparecerían en la política como oposición populista, con el mismo discurso radical del pasado, para intentar limpiar su imagen y reconquistar espacio junto a las masas. Pero hay también la hipótesis, aunque secundaria, de Lula ganador. En este caso, es más que probable que él forme un gobierno aún más a la derecha. Las izquierdas serían obligadas a desmontarse definitivamente del caballo de ese gobierno y, finalmente, asumirían un papel de abierta oposición desde la izquierda al gobierno de Lula.

Tercer escenario: la derecha y el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB) consiguen persuadir Lula que encamine la enmienda constitucional eliminando la reelección, colocándose como presidente-héroe, que aceptó hacer este sacrificio. Los mass media señalaron maquinaciones entre FHC y gente del PT en este sentido. Hace pocos días el senador Cristóvam Buarque sugirió la misma cosa Lula, ¡desde la tribuna del Senado! En este caso, el camino quedaría abierto para la victoria del PSDB o de un partido aún más de derecha en el 2006. Pero no sólo eso.

Cuarto escenario: el colapso del Campo llamado mayoritario y el fin del estatuto de la reelección pueden abrir el camino para el lanzamiento de otra candidatura del propio PT, que encarne la decencia, la integridad y presente un proyecto de Brasil capaz de cautivar el imaginario popular. Alguien de la estatura política y moral de un Plínio de Arruda Sampaio, por ejemplo. Esta hipótesis se fortalece en el caso de que las izquierdas del PT se unan en torno al nombre de él para presidente del PT en las elecciones internas de septiembre. Plínio significaría un profundo cambio interno, la moralización del partido y el rescate de un proyecto soberano y solidario de desarrollo de Brasil. En este caso, se crearía una situación única en el país: el partido del Presidente se levantaría para exigir el cambio del equipo económico y el redireccionamiento de las prioridades del presupuesto, incluyendo la auditoría de las deudas financieras. El Presidente, presionado de todos los lados, podría hasta pensar en salir del PT y buscar otro partido, o quedarse sin partido hasta cerca de las elecciones de 2006. Esto parece más probable que la posibilidad de ceder a las presiones de un PT renacido. (Traducción ALAI)

- Marcos Arruda es economista y educador de PACS - Instituto de Políticas Alternativas p ara el Cono Sur, Río de Janeiro.

(1) NDLR. Campo Mayoritario, sector del PT alineado a Lula que controla el 60 por ciento de la dirección nacional.

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