Venezuela: "500 paramilitari colombiani erano in Venezuela il 2 dicembre per fare un golpe"
Caracas, 28 de diciembre, 2005.- Luego de que los diputados oficialistas Cilia Flores y Nicolás Maduro denunciaran -con grabaciones telefónicas de por medio presentadas como pruebas- que se estaba fraguando una intentona golpista y de que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, reconociera que en su país se había efectuado una reunión conspirativa en contra del Gobierno venezolano, el analista y asesor presidencial Heinz Dieterich da forma a esta confabulación al agregar nombres, fechas y detalles. "Para el 2 de diciembre estaba planeado un golpe de Estado en Venezuela y por eso había 500 paramilitares colombianos en Caracas. Cuando empezaron a ocurrir una serie de hechos como la voladura del oleoducto y el sabotaje eléctrico, hubo diferentes reacciones, y luego de recibir información, el Gobierno cayó en cuenta de la envergadura del complot".
-La verdad es que un contingente de 500 paramilitares parece excesivo. ¿No hubiese sido muy evidente su presencia?
-Ellos entraron por la frontera de Zulia, en grupos de 4 o 5, y luego tuvieron apoyo de sectores del narcotráfico y políticos y se concentraron en Caracas. Pero si recordamos a los paramilitares de Baruta, los de la hacienda Daktari, si comparamos las cifras, me parece que la que menciono es realista, porque fue planeado de largo aliento y obviamente desde la CIA, porque ninguna otra organización tiene la capacidad de organizar a tan diversos factores como los partidos políticos que se retiraron de la contienda electoral hasta los paramilitares.
-¿Sabe cuál fue el destino de estos paramilitares?
-Tengo entendido que algunos de los colombianos fueron detenidos.
-Esta denuncia que ahora hace ¿está relacionada con los señalamientos sobre una reunión conspirativa realizada en Bogotá y que posteriormente fue confirmada por el presidente colombiano, Álvaro Uribe?
-Sí, fue parte de la conspiración, y allá participó gente que la justicia busca, como Néstor González González, que por cierto el día de la manifestación de solidaridad con Carlos Ortega, al ser mencionado, fue uno de los más aplaudidos. También participaron militares estadounidenses, ex militares venezolanos y paramilitares y funcionarios de inteligencia colombianos. Todo esto fue parte de la preparación del golpe de Estado del 2 al 4 de diciembre de este año.
-¿También estaría relacionada con las denuncias que hiciera la diputada Cilia Flores en las que presentó una serie de conversaciones telefónicas supuestamente comprometedoras?
-Es el mismo caso. La planificación del golpe fue muy amplia y sofisticada y abarcaba, por ejemplo, el intento de alzamiento de capitanes en la base militar de San Juan de los Morros a través de llamadas telefónicas que hacían personajes como los generales retirados Hernán Rojas Pérez y Antonio Guerra Hernández. Ellos trataron de convencer a los militares de que salieran de sus bases.
-¿Esto ocurrió en algún otro lado? -En Maracay también se suscitó el intento de sacar un F-16 para dar la impresión de que en múltiples cuarteles militares había descontento y que habían salido a la calle.
Estas acciones incluían también un atentado, según lo reflejó la prensa de Curazao, en contra de la refinería de esa isla.
-¿Cuál habría sido el objetivo último de esta conspiración: tumbar a Chávez o asesinarlo como tantas veces lo ha advertido el propio Presidente?
-El objetivo era matar a Chávez.
-¿Por qué no prosperó este intento de golpe?
-La razón fundamental por la cual no se desarrolló más fue por una oportuna información que vino de Colombia, que permitió detectar cosas en Miraflores vinculadas con el golpe.
-¿Qué tipo de cosas?
-No puedo decir más sobre esto. Pero cuando se dieron cuenta que el golpe iba en serio, reaccionaron.
-¿Qué elemento les habría llamado la atención?
-Por ejemplo, por la presencia de los barcos de guerra estadounidenses en Curazao. Sé que es común que vayan para allá con frecuencia, pero esta vez no creo que estuvieran allá por pura casualidad.
-¿De qué sector colombiano vino la información?
-No fue del sector gubernamental, sino de gente amiga.
-¿Cuál fue la reacción de los cuerpos de seguridad del Estado venezolanos al enterarse de la intentona?
-Hubo un movimiento de diferentes fuerzas policiales, civiles y militares que actuaron. Por ejemplo, en el caso de San Juan de los Morros (Guárico) había una instrucción de que cuando los oficiales fueran contactados para eventos conspirativos no cortaran la comunicación hasta que localizaran a las autoridades y pudieran grabar la conversación. Cuando llegó la información de Colombia, junto a la información de la sociedad civil, más la voladura del oleoducto y la retirada de los partidos de oposición y del gobernador zuliano, Manuel Rosales, estaba clara la conspiración, pero la rápida reacción de las autoridades evitó que el golpe llegara a concretarse.
-Por lo que infiero de sus palabras, Rosales también estaría involucrado en esta intentona...
-Me parece la inferencia lógica de su actuación. Él estaba seguro de que iba a obtener 10 o 12 diputados en las elecciones legislativas, pero después el embajador de Estados Unidos, William Brownfield, habla con él y se retira de las elecciones con argumentos totalmente ridículos. Entonces hay una sola explicación lógica: que alguien le dijo: "¿por qué contentarte con 10 diputados si puedes ser presidente del República?".
-¿Maneja usted información según la cual dentro de la FAN habría grupos que propiciaron el intento de golpe?
-Sería la consecuencia lógica, pero como no actuaron, no se pudo descubrir a tiempo. No debemos olvidar que en el secuestro de Rodrigo Granda (ocurrido en diciembre de 2004) había gente de las fuerzas públicas armadas involucradas.
-¿Entonces la idea era dejar correr un poco más el golpe para poder descubrir a los responsables?
-Esto hubiera sido posible, pero dada la peligrosidad del proyecto, no se podía esperar.
-Esta denuncia que usted hace parece la articulación de una serie de señalamientos que se han hecho por separado...
-A mí me parece que después de la intentona, la posición oficial que se tomó fue: no vamos a hablar más de esto permitiéndole a la oposición, que se retiró, que pueda volver a participar en las reglas del juego parlamentario. Es decir, no rompimos el diálogo con ellos. Por eso se decidió no darle mayor importancia, pero cuando montas todas las informaciones como un mosaico, me parece muy claro el panorama.
-¿Por qué al Gobierno le interesaría mantener la relación con la oposición, en caso de que hubiera estado involucrada en la intentona del 2 de diciembre?
-El Gobierno tenía dos vías: o utilizar la ley u optar por una política de extender la mano y hacer un nuevo intento, con una nueva oportunidad para trabajar dentro de las normas de la democracia. Creo que escogieron esta segunda opción por las presiones internacionales y por el poder mediático de la oposición. Esto es un problema muy serio que los bolivarianos tienen que atender porque el impacto de la televisión sigue siendo extraordinariamente fuerte. Yo sólo puedo especular sobre las razones por las cuales el Gobierno extendió la rama de olivo.
-¿Sabe cuáles son las consecuencias que corrieron los responsables de esta intentona?
-No lo sé. Al menos públicamente no ha trascendido. Tengo entendido que los militares de San Juan de los Morros no fueron sancionados porque cumplieron con su deber.
-¿Ha conversado de esta intentona con el presidente de la República?
-No.
-No, son de naturaleza distinta, esta era más refinada psicológicamente. La del 11 de Abril tenía una parte considerable de la clase media como apoyo, pero en este caso no. La del 2 de diciembre habría sido una combinación del retiro de las candidaturas de la oposición, junto al asesinato del Presidente, los sabotajes paramilitares y algunos levantamientos militares, más simbólicos que reales; que iban a crear la impresión que se arriesgaba la gobernabilidad del país y que había que dar marcha atrás a las elecciones.
Tropiezos en la relación Chávez-Baduel
El 24 de noviembre de este año, Heinz Dieterich publicó en su página web (www.rebelion.org) un artículo titulado "Venezuela: ataque subversivo a los tres pilares del poder bolivariano". En este escrito denunciaba que factores dentro y fuera del Gobierno actual estaban poniendo obstáculos en la relación entre el presidente Hugo Chávez y el general Raúl Isaías Baduel. Se supone que los responsables de esta situación estarían movidos por el interés de desplazar al comandante general del Ejército y evitar que se consolide como un elemento influyente y revestido de cierta popularidad. El asesor presidencial explica que en diversas ocasiones le han ofrecido dinero al comandante para que se lance como candidato y adverse al actual jefe del Estado, pero que al haber recibido una negativa como respuesta, la reacción habría sido montar varios atentados en su contra.
"A Baduel lo han tratado de comprar múltiples veces y ha sufrido cinco intentos de asesinato. Antes del golpe de 2002 se le ofreció dinero y hasta hoy no cesan las ofertas de dinero, pero el general es absolutamente leal a su amigo y por eso las ha rechazado". Dieterich señala que son diversas las voces que lo tientan y que saben que el militar "es muy popular" y por lo tanto ponen piedras de tranca en la relación de ambos. Cita un ejemplo ilustrativo: un día lo citan para un lugar con el Presidente y luego le cambian la seña, al no presentarse, sus enemigos aluden que Baduel se ha tornado altivo y distante. Aunque reacio al principio, el analista luego reconoce que parte de las facciones que obstruyen la relación Baduel-Chávez pertenecen al entorno directo del primer mandatario. Recuerda Dieterich las ocasiones en las que Baduel ha demostrado su lealtad hacia el Presidente y destaca la más reciente oportunidad, como lo habría sido la intentona de golpe de Estado el pasado 2 de diciembre. "Cuando empezaron a entender la dimensión del golpe, la envergadura del proyecto conspirativo, Baduel activó a civiles y militares retirados patrióticos, para dar información sobre dónde estaban reunidos los 500 paramilitares en Caracas, él fue quien activó la red", afirma el analista.
Una idea peligrosa
"La abstención de las elecciones parlamentarias se explica, sobre todo entre quienes siguen al Presidente, en que los candidatos del chavismo no fueron escogidos por la base, no hubo democracia participativa. El problema es que mucha gente no sintió que el procedimiento que siguieron los dirigentes fuera auténticamente revolucionario. El otro problema estructural es que no hay un partido político del pueblo, no hay una organización a través de la cual expresarse. Hay partidos, pero no son expresiones auténticas del poder popular. El pueblo no está organizado, la gente se organiza ad hoc cuando lo pide Chávez, pero luego de que pasa la crisis, la gente se desorganiza de nuevo.
Sin embargo, creo que la propuesta de que el Presidente se lance a las elecciones de 2006 por iniciativa propia es descabellada. Lo que puede hacer el jefe del Estado es una especie de frente nacional, porque se necesitan engranajes políticos para llegar a la gente. La idea de que pueda ir solo es muy peligrosa y me recuerda los tiempos de Norberto Ceresole, cuando éste hablaba de una fórmula que incluía solamente a los militares, el Presidente y los pobres. En una sociedad moderna, la clase media es clave. Además, este planteamiento es totalmente antidemocrático".
Sin posiblidad de verdadero debate
"Para mí esta Asamblea Nacional es legal y constitucional. El peligro del Parlamento lo veo en otra parte. Los candidatos no fueron nombrados por la base; además no veo la posibilidad de un verdadero debate porque los interlocutores son bolivarianos, con esto se corre el riesgo de incurrir en errores políticos. No creo que los diputados se atrevan a discutir públicamente con el Presidente y esto es un grave peligro para la salud de la República. Es un problema para la eficiencia de la gestión del Estado. Si no existe el debate, esto puede afectar la calidad de la gerencia del Estado. Actualmente los legisladores escogidos no se van a enfrentar con el primer mandatario, porque éste cuenta con una popularidad extraordinaria.
La oposición va a regresar, pero el problema de los partidos va a aparecer cuando decaiga la popularidad de Chávez. En este momento se encuentra en su punto más alto, pero más adelante, en dos o tres años, cuando empiece a bajar por desgaste natural o por la corrupción, vamos a ver deslealtades y oposiciones verdaderas dentro de su propio grupo político. Lo que aparece ahora como un apoyo monolítico de la nueva clase política disminuirá".
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