Perchè gli USA hanno rinunciato all'accordo di libero commercio (TLC) con l' Ecuador?
Se han expuesto varias hipótesis para explicar este desenlace, en este
artículo compartimos la opinión de que se debe a la irrupción de una
tendencia, que va cobrando fuerza en el continente, en el marco de la
configuración de un nuevo escenario político regional, que rompe con la
columna vertebral de los "tratados de libre comercio", la tesis de la
recuperación del control estatal sobre el manejo de los recursos
naturales, especialmente los hidrocarburos.
Esto deja atrás años de políticas de sumisión y entreguismo ante las
transnacionales petroleras, expresada en privatizaciones, que se
amplificaron en el marco de la ofensiva neoliberal de la década de los
noventa y que auspició formas contractuales abiertamente perjudiciales a
los intereses de los países latinoamericanos.
La consolidación de esta tendencia de soberanía nacional, expresada en la
frase del presidente ecuatoriano: "aceptar una imposición petrolera,
para que se abra un TLC, sería indigno y una falta a la historia" (1),
obedeció a factores nacionales e internacionales.
Por un lado, la presión de organizaciones populares, principalmente del
sector campesino e indígena, que desde un inicio articularon las
demandas de sanciones legales contra la Occidental Company con la
oposición al TLC; y, por otro, tanto la confirmación de los escenarios
de un precio del petróleo cada vez más alto, como la consolidación de
posturas radicales, he ahí la reciente nacionalización de los
hidrocarburos en Bolivia.
Los verdaderos significados de la ruptura
Estados Unidos rompe las negociaciones como medida de presión, en defensa
de las transnacionales petroleras privadas, ante la doble decisión del
gobierno de Ecuador: I) demandar una renegociación de la participación
del Estado en las rentas generadas por los nuevos precios del crudo,
mediante la aplicación de reformas a la Ley de Hidrocarburos; y, II) la
resolución de declarar la caducidad del contrato con la Occidental
Petroleum (OXY) y la reversión de sus instalaciones a favor del estado
ecuatoriano.
Coincidieron en el tiempo la fase final de negociación del TLC Ecuador -
Estados Unidos y los cambios en las políticas petroleras. Al momento en
que el gobierno de Quito aprobó, a mediados de abril, las reformas a la
Ley de Hidrocarburos, la delegación estadounidense se levantó de las
mesas de negociación y el proceso quedó malamente herido, peor cuando en
mayo se tomó la resolución de declarar la caducidad del contrato, los
Estados Unidos se declararon "decepcionados" (2) y las negociaciones
murieron.
La agenda oficial del TLC reflejaba solo parcialmente los intereses en
juego, especialmente aquellos provenientes desde Washington, y en la
práctica fueron rebasados ante la consolidación de tendencias
denominadas de "nacionalistas".
Este quiebre de las negociaciones entre Ecuador y Estados Unidos es
evidencia de que la esencia de estos tratados es garantizar la
rentabilidad de las grandes transnacionales, en perjuicio de los
derechos e intereses nacionales, y de que están supeditados solo a las
prioridades estratégicas, económicas y geopolíticas.
Desde hace treinta años las principales inversiones extranjeras han sido
orientadas al sector petrolero y muy poco hacia otras ramas como las
agroindustrias o las farmaceúticas, como lo evidencia el siguiente
cuadro:
Cuadro No. 1: Inversiones Extranjeras Directas en el Ecuador
(en millones de dólares)
Año Inv. Petr (1) Inv. Extr. Total (2)
2002 1.057,5 1.275
2003 1.265,3 1.555
2004 919,8 1.160
(1) Inversión Petrolera
(2) Inversión extranjera total
Fuente: "Análisis de coyuntura económica - Ecuador 2005" Edic. Flacso -
Ildis
TLC o suicidio del mercado nacional y andino
Desde el inicio de las negociaciones del llamado TLC Andino, a fines del
2004, la potencia del norte resolvió unilateralmente que quedaban
excluidos Bolivia y Venezuela, y solo eran incorporados Perú, Colombia y
Ecuador; esa sola decisión rompió por la raíz la Comunidad Andina de
Naciones, que desde la década de los setenta viene intentando consolidar
políticas regionales. Mas también desde el inicio, la postura oficial de
Washington fue obligar a cada uno de estos países a desmontar las
políticas proteccionistas de mercado regional, como por ejemplo, las
franjas de precios que protegen a los productos alimenticios básicos
frente a la agroexportación subsidiada de Estados Unidos y Europa.
La discusión sobre TLC se redujo a las agendas de veinte mesas, donde
destacaban como las más polémicas las referidas a los temas agrícolas y
de protección intelectual. Cada vez se evidenció más que la negociación
de TLC era una línea de los Estados Unidos para quebrar el mercado
regional andino, consolidar sus posiciones estratégicas y fracturar los
mercados nacionales, sobre la base de sustituir políticas nacionales por
políticas de protección a las transnacionales, como las de
agroexportación, agroquímicos y de comercialización.
A partir del mes de noviembre del 2005, Washington privilegió cerrar los
acuerdos de manera bilateral; con Perú lo hace en diciembre de ese año,
y con Colombia en el primer trimestre del 2006. La negociación con
Ecuador siempre fue compleja, en especial después del derrocamiento del
ex - presidente Gutierrez, pues la movilización social en medio de la
cual asumió la presidencia Alfredo Palacio, obligó a ciertos
compromisos, entre ellos, la de una postura crítica frente a las
negociaciones de este tratado.
En Ecuador las posiciones a favor del TLC jamás alcanzaron un consenso
social o por lo menos una opinión pública claramente favorable; siempre
hubo un sector crítico al proceso, que se fue consolidando, más aún
cuando organizaciones campesinas e indígenas, que desde hace más de una
década lideran el campo popular, fueron afirmando una línea de
resistencia y lucha directa contra el TLC, pues lo consideran un
instrumento a favor de las transnacionales de la agroexportación.
Cada vez fue quedando mas en evidencia que el principal sector
beneficiario de este Tratado es francamente minoritario, incluso dentro
de los propios sectores de economía capitalista. Este sector
beneficiario está constituido por los agroexportadores modernos y la
industria articulada al mercado norteamericano, por un lado flores,
brócoli, piñas, mangos, y por el otro textiles, enlatados de atún; pero
no mucho más que eso. Incluso los grandes exportadores tradicionales de
banano, cacao y café veían con ciertas reservas las implicaciones de
este acuerdo. El siguiente cuadro es ilustrativo al respecto:
Cuadro No. 2: Exportaciones de Ecuador 2005
(valor FOB en millones de usd$)
Total de Exp. A EEUU % de exp a EEUU
Exp. Petrol. 5869 3777 64%
Exp. Tradición.
-no petroleras 2084 628 30%
Exp. No tradi-
cionales 18280472 26%
Fuente: www.eucadorexporta.org
Un informe de la CEPAL sobre probables impactos del TLC reconoció que
"Los productos con potencialidades en un acuerdo con Estados Unidos
son: flores, banano, piña, mango; mientras que los productos amenazados
en ese acuerdo son: arroz, maíz, papa, soya, cárnicos" (3). En el mismo
estudio se establece que una confrontación de productores de alimentos y
cereales nacionales con los productores de alimentos y cereales de
Estados Unidos podía "afectar a la supervivencia del 57% de las
unidades de producción agrícola y la vida de un millón y medio de
campesinos".
El Ecuador es un país que todavía tiene una importante población rural,
el 35% de los habitantes todavía están en el campo; la canasta
alimentaria (leche, arroz, carne, frutas, hortalizas), todavía se
producen a nivel nacional, es un país que en estos niveles se
autoabastece; el empleo y subempleo rural está muy ligado a la
reproducción de las economías campesinas. El sector industrial
empresarial no - tradicional, como los floricultores, es pequeño, genera
poco empleo y explota mucho. El siguiente cuadro es ilustrativo al
respecto:
Cuadro No. 3: Producción agrícola según carácter económico
Cultivos Econ. Cap(1). Econ campesina(2)
Papa 13.5% 86.5%
Maíz - frejol 10.9% 89.1%
Arroz 48.5% 51.6%
Maíz duro 17.9% 70.3%
(1) Economía capitalista
(2) Economía campesina
Fuente: Estudios Rurales - FLACSO 2000.
Luego de que Perú y Colombia cerraron sus negociaciones, quedó claro,
para la población ecuatoriana, que los "margenes de maniobra" del país
eran pequeños y se volvía inminente un acuerdo que en aspectos
sustanciales, como el agrícola, era perjudicial para la sobrevivencia de
los sectores populares, especialmente los del campo. Entonces la
percepción social de que la firma del TLC significa quebrar la
reproducción social campesina fue ganando terreno.
Resistencia social frente al TLC y la OXY
En el caso ecuatoriano siempre estuvo ligado el asunto del Tratado de
Libre Comercio con el tema del tratamiento a las transnacionales
petroleras norteamericanas. Coincidió que a la par que las negociaciones
del TLC se iniciaban a fines del 2004, al mismo tiempo se ventilaba la
demanda de la empresa estatal Petroecuador contra la Occidental
Petroleum, mas conocida como OXY, por alteraciones contractuales:
sobreexplotación de pozos petroleros, cesión de derechos a la empresa
canadiense "Encana" sin autorización de las autoridades nacionales
respectivas. Las implicaciones políticas de este hecho supieron
entenderlo las organizaciones populares y los sectores críticos.
Al igual que en otros países, en Ecuador las campañas contra el ALCA,
desde el año 2000, y las campañas contra el TLC, desde mediados del
2004, fueron intensas. Sin embargo, a diferencia de otros países, en
Ecuador se logró a inicios del 2006 generar una presión fuerte que
determinó cambios en el comportamiento político gubernamental, cabe
preguntarse ¿Dónde estuvo la diferencia?. La respuesta probablemente
sea: la fuerza de las organizaciones campesinas e indígenas que ganaron
hegemonía en el sector rural, y el origen del gobierno de Alfredo
Palacios, que proviene de la presión de movilizaciones sociales que
determinaron el derrocamiento de su antecesor Gutierrez.
Desde inicios de los años noventa el movimiento indígena ha cobrado
protagonismo, en especial la CONAIE, hasta el punto de convertirse en la
organización que en determinadas condiciones jalona al resto del
movimiento popular. Eso aconteció en este tema del TLC, pues la CONAIE
logró rearticular sus fuerzas, y una de las banderas de lucha fue la
oposición al Tratado. Las movilizaciones sociales, que arreciaron desde
Febrero, con impacto en los sectores urbanos, y que tuvieron su punto
culminante en el levantamiento indígena de Marzo del 2006, precisamente
antes de la última ronda de negociaciones, fueron determinantes para
generar una presión nacional.
A la contundencia de la movilización campesina, donde consignas como "el
TLC significa muerte para la agricultura" se tornaron en sentido común,
se sumó la movilización de las provincias donde la explotación petrolera
es más grave, esto es la amazonía ecuatoriana, por la salida de la OXY.
Los sectores pro - TLC, las Cámaras de la Producción, quedaron en minoría
y sin fuerza social para revertir la tendencia mayoritaria, tan es así
que en su desesperación, cuando el gobierno anuncia las sanciones contra
la empresa petrolera transnacional, "los empresarios declaran a Palacio
enemigo del sector productivo" (4).
La caducidad del contrato con la Occidental Company (OXY)
El contrato suscrito contemplaba que en caso de la terminación del
contrato la sanción era la reversión de la concesión y la obligación de
entregar los campos y yacimientos, así como obras e inversiones
realizadas; en definitiva, devuelve el derecho de concesión y lo que en
ella se invirtió. Es lo que sucedió el 16 de mayo del 2006 cuando el
Ministro de Energía se pronuncia por la caducidad y el estado tomo
posesión de las instalaciones de la empresa.
Los Estados Unidos y las Cámaras de la Producción pretendían que el
Estado no sancionara a la OXY y en su lugar que aceptara un proceso de
negociación, lo que significaba ignorar las reiteradas faltas cometidas
por la transnacional, pero sobretodo sentar un precedente de continuidad
en las políticas petroleras, donde las transnacionales reinaban.
"El subsecretario adjunto para el hemisferio occidental del
departamento de estado de los Estados Unidos declaró que la resolución
ecuatoriana es tomada como una confiscación de los bienes de una empresa
estadounidense, y se declaró decepcionado, además expresó que los
acuerdos se basan en el principio fundamental de que ambas partes
respeten el régimen de derecho, en clara alusión a las negociaciones de
TLC" - nota de prensa de El Universo 17 de mayo 2006. (3) CEPAL:
""Los Impactos diferenciados del Tratado de Libre Comercio Ecuador -
Estados Unidos sobre la agricultura" - Ecuador, 2005. (4) El Universo
17/05/2006.
(*)Sociólogo, colaborador de la IGS, escribe para el portal de Internet
"Gramsci e o Brasil. Director de la Revista Espacios, autor del libro:
"Alternativas al neoliberalismo y bloque popular". Ap. Postal: 17 - 10
- 7169 Quito - Ecuador. Rebanadas de Realidad publica a Francisco
Hidalgo Flor por gentileza del autor.
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