BRASIL:Lula en medio de conflicto por reserva indígena
Il govenro Lula tenta di affrontare il problema dei diritti indigeni in Amazzonia
24 gennaio 2004
Adalberto Marcondes*
SAO PAULO, ene (IPS) - Las protestas de hacendados y de un gobierno estadual
por la demarcación definitiva de una reserva en la región amazónica de
Brasil convierten la cuestión indígena en un grave problema de la
administración de Luiz Inácio Lula da Silva, un año después de su asunción.
La reserva de Raposa-Serra do Sol, en el septentrional estado de Roraima,
fronterizo con Venezuela y Guyana, ya existe en los hechos, pero debe ser
legalizada mediante la firma presidencial antes de fin de mes.
Se trata de 1,6 millones de hectáreas reivindicadas desde hace más de tres
décadas por casi 15.000 indígenas ingarikó, macuxi, patamona, taurepang y
wapichana.
Hacendados y el gobierno de Roraima se oponen a la demarcación con el
argumento de que en el área hay actividad agrícola y que el municipio de
Uiramutã debería ser desmantelado.
Uiramutã fue creado en 1995 dentro de los límites de la reserva, aunque
éstos habían sido definidos dos años antes por la gubernamental Fundación
Nacional del Indio (FUNAI) y publicados en el Diario Oficial.
El documento que Lula firmará sólo confirma la demarcación de tierras ya
realizada y reglamenta los límites anteriormente establecidos por el propio
gobierno.
El acto administrativo presidencial, anunciado por el ministro de Justicia,
Márcio Thomaz Bastos, mantiene en calma a los grupos nativos y al propio
Consejo Indígena de Roraima.
Pero el control de la situación es sólo temporal, porque todavía no existe
un acuerdo definitivo sobre el destino del área.
Los indígenas y las organizaciones que los defienden han sido blanco de
violencia, en un contexto en que se mezclan intereses políticos y
económicos, de hacendados, gobiernos locales y organizaciones no
gubernamentales.
En los últimos años, fueron asesinados 12 indígenas dentro de Raposa-Serra
do Sol. Según el administrador suplente de FUNAI en la región, Manuel
Tavares, el último indígena asesinado en la reserva, en enero de 2003, fue
enterrado "a 100 metros de la casa principal de una hacienda".
A principios de enero, tres misioneros fueron secuestrados. Aunque han sido
ya liberados, el episodio todavía no está aclarado.
Según Francisco Loebens, coordinador regional del Consejo Indigenista
Misionero en el norte (Cimi Norte I), legalmente el gobierno no podría dar
marcha atrás ni fijar límites diferentes a los ya establecidos, sólo decidir
el momento más oportuno para confirmarlos.
"Consideramos que el gobierno ya excedió el plazo, que se está demorando
mucho. La única forma de apaciguar a Roraima es actuar con transparencia y
no crear falsas expectativas en los involucrados", expresó..
Loebens señaló que la justicia todavía no se expidió sobre la creación del
municipio de Uiramutã, y que las tierras indígenas, aunque sean propiedad
del Estado, son de usufructo exclusivo de los indígenas.
"¿Cómo es posible que un municipio, su sede, su alcaldía, puedan estar
instalados dentro de una reserva indígena?", se preguntó.
Algunos arguyne que, si los residentes de ese distrito salen de la reserva,
los indígenas quedarán sin productos básicos para su subsistencia, que
actualmente se venden en tiendas administradas por descendientes de
europeos.
Sin embargo, los líderes indígenas están construyendo un depósito para
asegurarse el abastecimiento de esos productos, señaló Jacir José de Souza,
coordinador del Consejo Indígena de Roraima (CIR).
"El depósito estará pronto a fines de enero y abastecerá una cantina
propiedad de indígenas que ya existe en el lugar", anunció De Souza, un
macuxi.
Los indígenas tienen planes para el desarrollo de la región y poseen 27.000
cabezas de ganado, además de pequeños criaderos de cerdos, pollos y
caballos.
"Trabajamos mucho en las plantaciones de mandioca, banana, arroz y frijoles,
y vendemos nuestros productos en Boa Vista", la capital de Roraima, explicó
el coordinador del CIR.
Loebens recordó que la actividad agropecuaria fue introducida en Roraima por
hacendados y que su continuación por los indígenas forma parte de la lucha
por la recuperación del territorio que han ocupado tradicionalmente.
Los indígenas trabajaban como mano de obra barata para los "blancos" y
progresivamente perdieron el derecho a la libertad de cazar y pescar en su
propio territorio. "Hace unos 35 años comenzaron a rebelarse contra este
abuso", comentó Tavares.
Mientras los nativos aguardan el cumplimiento de la promesa del ministro
Bastos, militares brasileños advirtieron a través de la prensa del peligro
de pérdida de soberanía sobre un territorio amazónico y fronterizo.
"Roraima se está volviendo imposible de gobernar. Van a conseguir que ningún
órgano representante del Estado esté presente en toda el área de la frontera
norte, y eso es inadmisible", declaró el general de la reserva, Alcedir
Pereira, ex comandante de la Amazonia, al diario O Estado de São Paulo.
Según Pereira, la reserva debería ser reglamentada, pero dejando fuera
algunas áreas "estratégicas".
Márcio Santilli, miembro del consejo de dirección del Instituto
Socioambiental (ISA), consideró que la preocupación de los militares es
infundada.
"En las regiones fronterizas de Brasil hay por lo menos una centena de
reservas indígenas y eso no constituye un problema jurídico formal",
sostuvo, porque la Policía Federal y las Fuerzas Armadas están presentes en
varias de esas áreas.
Según Santilli, la falta de demarcación favorece las invasiones de tierras y
los conflictos. Recordó que las tierras de Raposa-Serra do Sol pertenecen a
Brasil "gracias a la lealtad de los tuxauas, que son los caciques, con el
Estado brasileño".
Joaquim Nabuco, principal representante de Brasil en las negociaciones
fronterizas con la Guyana Británica, menciona ese hecho en el libro "El
Derecho de Brasil".
"Los indígenas aseguraron la soberanía de país sobre el área. La mejor
garantía que Brasil puede tener para sus fronteras es tener una buena
relación con los indígenas que viven allí", dijo Santilli.
El de Roraima es sólo uno de varios focos de conflicto en la Amazonia Legal,
una zona instituida para fines de planificación económica, que abarca varios
estados del Norte, el centro-occidental Mato Grosso y parte de Maranhão, en
el nordeste.
La Amazonia Legal comprende más de cinco millones de kilómetros cuadrados, y
en ella viven cerca de 60 por ciento de los 370.000 indígenas brasileños.
* Con aporte de Ana Maria Fiori, de la Agencia Envolverde. (FIN/2004)
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