Elezioni in El Salvador: la sinistra puo' essere la sorpresa

ALAI, América Latina en Movimiento
2004-03-19
El Salvador: Elecciones: Izquierda puede dar la sorpresa
Eduardo Tamayo G.

Aunque las encuestas divulgadas por el Centro de Investigación Pública de la Salvadoreña (CIOPS) de la Universidad Tecnológica de El Salvador dan un 38.3 % a Antonio Saca, candidato de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), y un 31% para Shafick Handal, candidato del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), las elecciones del 21 de marzo pueden deparar sorpresas pues importantes sectores de la población, golpeados por el desempleo y el alto costo de la vida, se muestran insatisfechos y favorables a un alternabilidad en el gobierno.

Si ninguno de los dos candidatos alcanza más de la mitad de los votos válidos, deberán disputar la Presidencia en una segunda vuelta electoral el próximo 2 de mayo.

Los dos partidos favoritos cerraron sus campañas el 13 de marzo con sendas concentraciones. El FMLN reunió en la capital a más de 40.000 personas, en tanto que Antonio Saca, un empresario radial de 39 años, lo hizo en el Estadio Jorge Mágico González.

Handal denunció que se está fraguando un fraude electoral argumentando que el gobierno ha puesto obstáculos o ha impedido el ingreso de observadores internacionales independientes que no "constaban en los registros autorizados por el Tribunal Supremo Electoral".

"La izquierda nunca ha estado más cerca que ahora de ganar el gobierno" dijo Monseñor Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar de San Salvador al comentar sobre los comicios presidenciales del próximo domingo. Las grandes posibilidades de triunfo del FMLN han puesto nerviosos a los grandes empresarios, banqueros, cafetaleros y sobre todo al gobernante partido ARENA que teme que se les pida cuentas por los numerosos actos de corrupción que se han producido en estos últimos 15 años de gestión arenera y que han implicado a funcionarios de alto nivel. Quizá esto explica la costosa campaña anti-comunista que han orquestado la derecha salvadoreña, echando mano a todo tipo de argumentos y recursos.

El objetivo de la campaña sucia es causar miedo en la población, agitando el fantasma del comunismo. Por medio de avisos de prensa se ataca al Shafick Handal acusándolo de tener relación con grupos terroristas y de ser amigo de Fidel Castro, Hugo Chávez y Daniel Ortega. Además se atemoriza a la población diciendo que si gana la oposición se verán afectadas las relaciones con Estados Unidos y los salvadoreños, que viven en este último país, dejarán de enviar las remesas que son vitales para la economía del país. A esto se suman, las amenazas de muerte que han recibido comunicadores de radios populares que han llamado a que la gente vote reflexionando y no se deje manipular con las pequeñas dádivas como ha sido la costumbre de la derecha.

En realidad, ARENA y el FMLN representan proyectos totalmente diferentes: ARENA, cuyos dirigentes fundadores estuvieron ligados a los escuadrones de la muerte, defiende el statu quo, la continuación del modelo privatizador, autoritario, excluyente y sumiso a los intereses de Washington; el FMLN, que cuenta con una representación mayoritaria en el Congreso y el control de un significativo número de municipios urbanos, por el contrario, plantea un proyecto de independencia nacional, priorizar la satisfacción de las necesidades de la población y combatir la corrupción.

De ganar las elecciones, el FMLN se convertiría en el único gobierno de izquierda en la región centroamericana. Sus retos serían enormes en un país en el que más del 40% de la población se encuentra en la pobreza, con altos índices de desempleo y con unos servicios públicos sumamente deficitarios, especialmente en el área de la salud y la educación. También tendría que afrontar decisiones cruciales como el problema de la deuda externa que asciende a más de 4000 millones de dólares, la revisión del tratado de libre comercio de Centroamérica con Estados Unidos que fue suscrito por el Gobierno de Francisco Flores en diciembre de 2003 pero que está pendiente de ratificación en la Asamblea Legislativa; además del problema de la dolarización de la economía, la política y la legislación sobre las pandillas juveniles y la revisión de la política de apoyo de El Salvador a la ocupación militar estadounidense a Irak.

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